Cuando las restricciones por la pandemia de covid impedían todavía la exhibición teatral al uso, el Teatro de La Abadía apostó por ofrecer algunos espectáculos en vivo que se transmitían en directo a los espectadores a través de internet. Adaptado a las exigencias de ese provisional “teatro confinado”, nació ‘Prisiones del alma’, una función poética que gozó de un éxito inusitado desde su primera representación y que fue repitiéndose de manera recurrente, a petición del público, hasta volver a la normalidad.
Realizado siempre desde la parroquia del Santo Cristo del Olivar de Madrid, este particular espectáculo, de naturaleza teatral y audiovisual al mismo tiempo, ahondaba en el sentido de la vida y en su condición de tránsito inexorable a partir de la obra poética de grandes autores de la historia de la literatura española.
SOBRE LA DRAMATURGIA
Cuando nos pusimos a trabajar en ‘Esta divina prisión’ (el espectáculo original del que mostramos ahora esta versión reducida y muy adaptada a las exigencias del teatro confinado), nos propusimos ir más allá del sentido estrictamente religioso en el que el uso y la tradición han dejado anclado el concepto de ‘mística’. Queriendo devolver a esta palabra su amplitud original de significado, y su estrecho vínculo con otra mucho más común, como es ‘misterio’, presentamos una selección de poemas y autores de nuestra literatura que reflexionan, desde lugares muy diversos, precisamente sobre el misterio de la vida y su alcance, sobre el ineluctable reverso de la muerte y sobre la posibilidad o no de trascendencia.
Algunos poemas son religiosos y otros se apartan decididamente de la fe; pero todos, en cualquier caso, cobran un renovado, certero y conmovedor sentido en estos tiempos inciertos en que necesitamos, quizá más que nunca, pistas o asideros de índole espiritual que nos permitan situarnos a nosotros mismos desafiando las coordenadas del tiempo y del espacio. Raúl Losánez.
SOBRE LA PUESTA EN ESCENA “CONFINADA”
Prisiones del alma es un paseo psicogeográfico y poético, un viaje virtual por los rincones más y menos conocidos de nuestro patrimonio literario, un recorrido inmóvil por las palabras de nuestros ancestros, una meditación acompañada en busca de sentido. Una experiencia emocionante para el alma y una invitación a la esperanza. Ana Contreras.